jueves, 14 de junio de 2012

Abajo Cadenas




Después de oír la cadena presidencial de ayer miércoles 13 de junio, durante la cual, a pesar de estar ya acostumbrado a las mentiras, exageraciones, insultos, historias sobre su niñez, anécdotas reales e inventadas, saludos en inglés a Fidel, etc. etc., me era difícil creer lo que estaba viendo: 
Rodeado de militares, cuya mayor proeza consiste en soportar el calor ocasionado por los desfiles del 5 de julio y otros días "patrios", el Presidente se largó, entre otras barbaridades, a agradecer a Rusia por un nuevo crédito por cinco mil millones de dólares para la compra de armas (chatarra militar como los helicópteros). Ofreció que fabricaríamos cien mil fusiles, millones de municiones, que exportaríamos armas, aviones drones, que teníamos fusiles capaces de destruir vehículos, en fin que íbamos camino a convertirnos en una "potencia mundial". Compra de armas para un ejercito que no ha estado nunca en una guerra, como no sea la que "heroicamente" entablaron contra los "pranes" del Rodeo y de La Planta, cuyos resultados, por cierto, no los conocemos a fondo. Como tampoco sabemos como la gloriosa Guardia Nacional Bolivariana permitió que el armamento en manos de los reclusos: fusiles, ametralladoras, pistolas, granadas de mano, y hasta un mortero, llegara hasta ellos. 
Está bien que les permitan piscinas, discotecas con "stripers", canchas de moto cross y de toros coleados, fiestas con grupos musicales en vivo, en fin pobrecitos los reclusos, hay que defenderles sus "derechos humanos". Menos mal que para eso está la "Comandante Fosforito" a quien ahora apodan "Borrón y Cuenta Nueva". ¿Pero que permitan la entrada a los penales de tan peligroso y pesado armamento, incluyendo armas de guerra? Se pasaron.  
Pero eso si, el gobierno no se ocupa de los derechos humanos de las familias de las 150.000 víctimas de la violencia.  Al fin y al cabo ni sus viudas, madres, padres, hijos, hermanos o nietos, están presos. 
En fin, no tengo palabras para expresar lo que siento por nuestra gente. Siento orgullo por quienes luchan por recuperar nuestra democracia, por los que mantienen su dignidad a pesar de los atropellos. Pero siento incomprensión por quienes, sin estar robando, siguen apoyando al dueño del discurso patriotero, militarista y fascista, que luego repiten como loros, esta turba de ignorantes que están acabando con el futuro del país. 
Menos mal que el 7 de octubre está cada día más cerca y se llegará al fin de la oclocracia reinante. Fuerza Venezuela.        

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